Cómo pedir un café en Buenos Aires

 

El café es una institución en Argentina” me dijo un profesor del posgrado que estoy haciendo. Me explicó que no se refería a la calidad del café sino al acto de tomarlo, al ritual de la merienda en el que se lo acompaña con medialunas, tostadas y dulce de leche. El Café es la excusa que reúne a los porteños por la tarde en la cafetería del barrio.

Terminé por enterarme de que en Argentina no se produce café, sólo se empaca y comercializa café Brasilero y Colombiano. Pero lo toman, y bastante.

El asunto es que en Buenos Aires hay un sin fin de Cafeterías/Cafecitos para todos los gustos. Unos con más onda que otros, unos más tradicionales que otros pero todos igual de concurridos. Incluso, el gobierno de la ciudad reconoció oficialmente la condición “notable” de algunos cafés al incorporarlos a un circuito de bares y locales con valor histórico y cultural. Esto ha potenciado su visibilidad frente al turista y al mismo porteño.

Se preguntarán entonces cómo pedir un café en Buenos Aires y aquí les explicamos:

Si quieres un café pequeño debes pedir un “pocillo” y si quieres uno más grande pide un “jarrito” o uno “doble”. Suelen servirlo con un vasito pequeño de agua gasificada y algunos te consienten con una galletita o un bombón. Por un pocillo puedes llegar a pagar 12 pesos argentinos y por un jarrito unos 22 pesos.

En las cafeterías americanizadas te encuentras con cafés fríos, licorizados, merengadas con café, etc. No sólo hay un Starbucks en cada esquina sino las franquicias argentinas Havanna, Café Martínez, Tienda de Café, Bonafide, entre muchas otras.

A mi me pueden invitar a tomar una Lágrima doble y un postrecito con exceso de dulce de leche.